¿Inmovilización a causa de la excesiva burocracia? Poco se ha hech
o desde el sismo que destruyó las vidas de muchos peruanos, pero a la vez, también tenemos en cuenta que muchos ayudaron a las víctimas del Sur. Ahora, que se cumple un año de la destrucción a causa del terremoto que asoló las ciudades de Chincha, Pisco e Ica, nos preguntamos dónde están las tarjetas con el bono prometido para la reconstrucción de sus viviendas, dónde está la ayuda del Forsur. ¿Es a caso que la furia de la naturaleza, también, arrasó con esto?

Dicen que las autoridades ya han tomado cartas en el asunto, pero vayamos a lo que vemos, pues esto se ha dicho y se está haciendo a los pocos días de cumplir un año del terremoto. Se valen de un cerco ocultando terrenos baldíos en el que miles de personas quedarán ocultas y desamparadas tan sólo para maquillar Pisco; se valen de arreglos en los pueblos centrales; se valen de caretas para no querer ver la realidad. Y la realidad es que no se puede tapar el sol con un dedo.
Intentar borrar lo malos recuerdos es más que difícil para ellos. Si bien niños y adultos intentan sobrellevar su vida cotidiana, ellos aún siguen siendo víctimas del miedo, pánico y depresión. Más aún, sobreviviendo entre y sobre los escombros, pues la mayoría de escuelas todavía no están edificadas para que los niños puedan ir al colegio como se debe. Esto es a causa de la ineficacia del Estado y del Ministerio de Educación, que por ser autoridades que se comprometieron a la reconstrucción, tienen la obligación de hacer valer su palabra sin dar tantos rodeos y esperar un 15 de agosto para actuar con rapidez.
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