Ya no es raro ver que la mujer realice trabajos que en un tiempo fueron realizados por hombres, pues estamos en el siglo XX donde hombres y mujeres comparten centros laborales y que tienen los mismos derechos. Ya la mujer de hoy se integra en el campo de trabajo de diferentes rubros, aunque siempre en nuestra sociedad existirá el machismo, aunque las mujeres no se quedan atrás, ya que ellas también imponen el feminismo.
Cae la noche y es lo mismo de siempre. Un ambiente rústico, entre botellas coloridas de alcohol, olor a tabaco, clientes exigentes que van y vienen por un trago más, se encuentra Sabina Quesquén, una chica de mediana estatura muy reconocida por la labor que cumple como bartender. El amor que le pone al preparar los tragos o cocteles de la noche es incomparable con los demás empleados.
Me acerco a ella y muy amable con una sonrisa en el rostro me pregunta qué es lo que deseo. Admiré su labor por una noche y era muy hábil en ello, una actitud tremendamente positiva y con muchas ganas. Su privilegio no sólo era ser una barwoman, sino que también poseía la cualidad de poder lanzar las botellas al aire y hacer entretenido el servicio que le brinda al cliente. Bartender y Flair, todo en una mujer.
Tocó el timbre y espero en la puerta de la escuela a Sabina, pues ella no sólo trabaja, sino que también estudia en el Instituto de Profesionales Empresariales INTECI Cruza el VI ciclo de la carrera de Bartender y tiene como proyecto la invención de un nuevo trago, del cual no quiso dar más detalles porque cree que si lo cuenta no podría salir como ella quiere.
Llegamos al Piano & bar Kurda, es ahí donde trabaja. Mientras se alistaba para convertirse en una bartender profesional me comentaba que los cocteles se caracterizan por sus colores, por la creatividad que un bartender debe tener y por una amplia memoria, pues existe infinidad de cocteles el cual cada uno de ellos tiene una receta y medida.
Al ingerir alcohol te hace lucir mucho más atractivo, me comentó con una sonrisa pícara. Hace poco esta noticia lo había leído en algún lugar. Era las 6:00 pm, hora en el que el establecimiento abre sus puertas y empieza el trabajo de Sabina. Una noche más sin dormir y, luego, irse a estudiar.
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